jueves, octubre 02, 2008

Los docentes son la penúltima trinchera de la dignidad nacional


De tantas cosas que uno hace todos los días se olvida de ver las cosas buenas que existen alrededor. Por ejemplo, los docentes... sí señor, los docentes.

Las maestras y maestros se encuentran por estos días en Mendoza peleando por obtener un sueldo digno que llegue por lo menos a los 2.800 pesos que es lo que cuesta la canasta familiar. Nos acordamos de ellos porque los vemos en televisión o porque hacen alguna marcha que dificulta el tránsito.

Sin embargo, ellos, que son la penúltima trinchera de la dignidad nacional (la última trinchera es la familia, nuestros hijos, nuestros viejos) no cuentan con las cámaras de la TV cuando dan de comer a los chicos en las escuelas, cuando preparan el desayuno, cuando atienden a los pibes y les prestan el oído para escuchar las increíbles experiencias que tienen del diario vivir en sus familias y con sus terribles padres y madres.

Están peleando con la televisión y la increíble bajeza del estilo Tinelli, están batallando contra la indiferencia de la gente, están dando la pelea contra la dejadez generalizada de los padres y contra la mentira de los gobiernos que hablan de calidad educativa pero que no se animan a arrimarse a las escuelas.

En fin, me acuerdo de los docentes y aunque yo no exista, lo mismo les rindo un homenaje y chau.

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