jueves, noviembre 13, 2008

Deseo ardiente

La permanente inspiración que genera el Libertador General José de San Martín no debería suspenderse por la vigencia de la pos modernidad… todo lo contrario.

La dirigencia, política y de los civiles de a pie, debe tener el tino de volver su conciencia hacia la conducta de aquel que lo dio todo por sus hermanos argentinos y latinoamericanos. Allí encontrará una fuente de valores donde abrevar mientras permanece en el desierto ético-moral en el que nos agitamos.

No está en nuestro ánimo un discurso estilo “se termina el mundo”. Ni moralista, ni coyuntural, ni populista. Pero el deseo es ¡hasta cuándo, viejo! Hace falta ponerse “los pantalones” y tomar en nuestras manos el rumbo de los asuntos importantes y marcar la línea hacia los próximos 50 años.

Un dato de la realidad: los funcionarios, incluido el gobernador, atienden la coyuntura y no lideran absolutamente nada. No generan nada nuevo. Los que marcan el rumbo son los empresarios que, huelga decirlo, tienen el dinero y no lo comparten. Y que, como ahora, en épocas de crisis piden ayuda al Estado Benefactor.

Hace falta la política y si está inspirada por el Libertador, mejor todavía.

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