La mujer de camisa azul

Salí del diario y tomé por calle Rioja hacia el sur. Pensaba en el informe especial por fin de año que estamos preparando para subir a nuestro portal de noticias. Apasionado, me imaginaba cómo presentar fotos y videos a montones. Al llegar a la esquina de Alem, doblé a la izquierda, hacia la Terminal de ómnibus, y caminé por la amplia vereda.

De pronto, dejo los videos y apareció una chica. Caminaba con cierta dificultad. Parece que lo hiciera contra una pared. Me dio la impresión que inclinaba un poco el cuerpo hacia adelante como si estuviera caminando contra el viento zonda.

No sé por qué pero le miré la camisa azul. Un azul distinto, clarito, medio desteñido pero limpio. Era una camisa común de un azul que no había imaginado, raro, distinto, sencillo.

Y de repente me di cuenta que la chica venía llorando. Sus ojos, amplios, grandes, abiertos, lloraban. Me conmovió y se me dió por pensar que sufría inmensamente y que por eso no quería caminar más rápido, como que se quería quedar al lado de su amor ido.