
Insistimos con el gobernador Celso Jaque porque es un caso paradigmático: tiene todo el poder de Mendoza y no lo sabe usar.
Luego de la derrota del pasado 28 de junio la interna del PJ cobró nuevas fuerzas: descontentos con la paliza que les dio Cobos exigieron una autocrítica y que Jaque asumiera sus culpas. Como esto no se hizo, los intendentes avanzan en sus exigencias desmedidas sobre el poder central a tal punto que el ministro de Seguridad, Carlos Ciurca, luego de algunos éxitos en su cartera, ahora pide un cambio porque no quiere más desgaste. En el frente interno esto se lee: "gobernador no estoy dispuesto a seguirte porque pierdo tanto como vos..."
En el frente interno tiene que lograr consensos con los caciques departamentales que han avanzado y han tomado espacios en los municipios y en la administración central. Debe negociar desde una posición de debilidad pero no puede dejar de hacerlo.
Hacia el frente externo, tiene que lograr consensos también con las fuerzas sociales y políticas para acordar acciones que tengan un objetivo claro. Aquí tiene que ganar mucho terreno y estar dispuesto a trabajar mucho y poner la cara en innumerables encuentros.
Sin embargo, Jaque tiene que jugar una pieza fundamental: restituir el vínculo con la gente. Si él lograra "buena onda con la gente" la interna deberá cesar con sus empujones y todos tendrán que encolumnarse a las espaldas del que logra la sonrisa de la gente. Pero ¡¿tendrá equipo para ello? Ese es el desafío...
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